Sin importar cual sea el plan que el viajero tenga para visitar Kenia, Nairobi, la capital, es de visita obligada. Se nota que los colonizadores británicos no se esmeraron demasiado cuando la fundaron, esto, a pesar de ser una de las ciudades más importantes de África. Carece de comodidades básicas para cualquier viajero del mundo actual: carece de cloacas, solo el casco céntrico dispone de luz eléctrica en las calles, las calles asfaltadas son muy pocas y las aceras o veredas no existen. Es una ciudad para personas ricas y automovilistas. Pero, a pesar de todo esto, su belleza natural es inigualable. Y, hay dos paseos obligatorios.

El primero, la ciudad. Recomendamos conocerla a la luz del día. Nairobi, se encuentra atravesada por bosques naturales donde el paisaje natural no ha sido modificado por la mano del hombre. Festival de colores: verdes arboles tropicales, flores violetas del jacarandá, los brillantes fucsias de las Santa Rita (esta planta es la que más abunda y sus diferentes coloridos son inimaginables) y combinando perfectamente con el carmín amarronado de la tierra el fulgurante rojo de la “llamarada australiana”.

Es casi probable que mientras recorremos nos encontremos con Kibera, un asentamiento que tiene el triste record de albergar a 1,5 millones de pobres, después del de Soweto, el mayor del mundo.

El segundo de los paseos obligados es la casa de Karen Blixen, la escritora danesa que Meryl Streep, interpreto en la pantalla grande con la película África Mía.

Esta casa, queda a unos 20 km de la capital, desde ella se ven las colinas de Ngong, que inspiraron el famoso libro de Blixen <<Lejos de África>>. Podemos caminar y recorrer su parque, visitar la casa-museo y el lugar donde procesaban el café. Se puede llegar en taxi (U$S 15,00, ida y vuelta con espera incluida). La entrada ronda los U$S 3,00 (los keniatas tienen precios diferenciales).

El paseo lleva mediodía. Cerca de la casa encontraremos el restaurante “Karen Blixen”, promedio por comensal U$S 50,00. Para presupuestos más exiguos la opción es “The Horseman” (a unos 3 km del museo). Ahí, podemos pedir una ensalada de atún o una ensalada griega por U$S 4,00; ricas y grandes pizzas por un importe similar; hamburguesas con tomate U$S 5,00; postres por tres dólares y café, té o gaseosas por un dólar.

El hotel Norfolk y Club Muthaiga son otras dos joyas de la época colonial. Al hotel se podía ingresar al comedor montado en el caballo sin llamar la atencion y el club, para varones extranjeros, como el que representa Robert Redford en el mencionado film.

Una curiosidad gastronómica resulta el restaurante “Carnivore”, (www.Tamarind.co.ke,) es una inmensa parrilla donde podemos probar carne de cebra, jirafa, cocodrilo y las conocidas carnes de cerdo o cordero. Es un tenedor libre donde dependiendo del vino que se escoja, una cena por persona rondara mínimo 20 dólares.

 






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