La pirámide de Jufu (Keops), junto con las de Jafra (Kefrén), y Menkaura (Micerino), conforman al trío de pirámides denominadas Giza, situadas sobre la meseta que lleva este mismo nombre, descansando a orillas del Nilo y en las afueras de la capital del Cairo, en Egipto.
Considerada desde hace décadas atrás, como una de las maravillas del mundo, son bautizadas con estas tres denominaciones, en honor a los faraones que representaron a los reyes de la IV dinastía, los cuales inmortalizaron a esta destacada civilización, cuya creación se remonta al período correspondiente al imperio antiguo.
[Pulsa en el título para leer el artículo completo]
Las mismas fueron levantadas en honor al reinado de Koufou o Keops, cuya pirámide es considerada la más grande de las tres, presentando una altura superior de 150 mts y una superficie de aprox. unos 52.000 mts2, construidas uniformemente sobre el elemento principal y natural de la piedra. En relación a este último detalle, podemos afirmar que fue necesario contar con un total de 2.300.000 bloques que pesaban 2 k ½ cada unidad.
Según la historia, algunos consideran que tanto esta pirámide, como las otras dos, se utilizaba como tumbas, mientras que algunos opinaban que este gigantesco recinto, tenía como simplista finalidad, albergar un templo, pero no obstante, a pesar de los entredichos, se sostiene la mención que propone que la distribución de las pirámides sobre el desierto se corresponde casi de forma idéntica con la posición de las tres estrellas del cinturón conformada por la constelación de Orión.
Este cinturón al que se ha referencia y llamado duat, significaba para los egipcios una puerta que el alma debía atravesar para llegar al “amenti”, el más allá. En base a su construcción, sus lados presentan orientación a los 4 puntos cardenales.
El objetivo, sea cual fuera la cultura que lo implementara, está basado en marcar una huella a través del preciado recurso del arte, a modo de recuerdo inmortal, con lo cual, resulta simple pensar que son estas pirámides las encargadas por decisión de los faraones en su momento, de transmitir este mensaje al mundo, el cual ha sabido mantenerse y fomentar su misterio y fascinación en el tiempo.
Se dice también, que la pirámide de Keops responde a un proverbio de esta milenaria y sabia cultura, donde es posible dar a conocerlo mediante esta frase” el hombre teme al tiempo y el tiempo teme a las pirámides”.
Por su destaque, a las pirámides les han sido adjudicadas el premio” World travel”, en función de ser una de las principales atracciones turísticas del mundo, aunque se recomienda vivir la experiencia de aventurarse con destino hacia ella.
Cuanto me gustaría visitar Egipto y esta pirámide en concreto, tiene que ser apasionante visitarla y revivir la historia que tiene.