Su fundación oficial data del año 1855, aunque no obstante, es sabido que la población de la misma nace en 1524, gracias al impulso del padre Hernando de Luque, y a su vez, bautizada en sus comienzos, con la denominación de San Pedro.
Tiempo después, a la isla ubicada al sur de Panamá y a unos 20 Km. de ella, se le atribuye su actual nombre, que significa “abundantes peces”, proveniente de la lengua indígena, pero es mucho más reconocida por el saber popular como “isla de las flores”.
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Si hay algo que atrae al turismo hacia esta isla, son las numerosas y paradisíacas playas que la componen, las cuales se encuentran a corta distancia, favoreciendo el traslado, sin necesidad de poseer vehículo para hacerlo.
Con una superficie de 12,1 Km., la pequeña isla posee un total de 1.629 habitantes, que disponen de preciosos y antiguos sitios de interés general que afectuosos, comparten con los turistas, tales como la iglesia de San Pedro, sobre la plaza que lleva este nombre.
Se recomienda visitar las playas, ya que allí podrán obtener la tranquilidad que desean durante la estadía, en la denominada Restinga, más conocida como playa del hotel, por la derecha llegando al muelle. Pueden observar la muralla de un antiguo hotel y el islote de El Morro.
Pasando el parque Manuel Amador Guerrero se ubica la playa Honda, ideal para darse un baño. O porque no, caminar por las calles, pescar, disfrutar de un instante de soledad en las hamacas públicas situadas al lado del parque, o bien, llegarse hasta el antiguo y poco conocido hotel Aspinwall, en bajada, y pasando la playa Honda, donde un camino se abre en dos, es una excelente oportunidad para convertir a este sitio, en un nuevo rincón turístico.
Con respecto a la fauna de la isla, y más precisamente el sector oeste de Taboga, es considerada un área de reserva natural protegida que fue declarada en 1984 como refugio de vida silvestre por los cientos de pelícanos, donde los mismos se desplazan libremente fuera del pueblo, y alrededor de toda la isla Urabá, al sureste de Tobago.
Otras de las especies con las que cuenta la zona son mariposas, iguanas verdes, ranitas, y aves de diferentes especies que invitan a maravillarse de un escenario único e inigualable.
Es posible desplazarse desde la ciudad de Panamá, mediante el ferry, partiendo de la calzada de Amador.