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Considerado un arte callejero, los graffitis, esas inscripciones y dibujos en los muros de las ciudades, ya son el sello de toda ciudad del mundo.

El Gourmet Viajero deja de lado por esta vez sus comentarios culinarios y se dedica a un fenómeno actual que se aprecia en gran cantidad de muros, paredes y transportes públicos como: el metro o los trenes. Es sabido que este tipo de arte callejero tiene corta edad, pero, se ha extendido por todo el planeta. Fue fundado por la antiquísima necesidad que todo hombre y mujer tienen de de comunicarse y ha dejado, en muchos casos, marcas por generaciones. La frase “seamos realistas, pidamos lo imposible”, que fuera escrita en un muro de Paris en mayo de 1968, durante las manifestaciones estudiantiles al igual que aquella otra tan conocida “la imaginación al poder”, son la mas fiel representación de este tipo de arte expresivo.

Ya el hombre de las cavernas, retrataba en sus cuevas el mundo que lo rodeaba, manifestaba a su sociedad de la época: la caza de animales y simbolizaba estos hechos con la aplicación de pigmentos en techos y paredes.

En la antigua Roma, sus habitantes, también, dibujaban los muros de sus casas, los musulmanes adornaban las paredes con diseños no figurativos y pasajes del Corán. En las ruinas de Pompeya fueron encontrados graffitis en los lugares más insospechados: en las excavaciones de las ruinas quedaron al descubierto desde pintadas políticas hasta dibujos de sorprendente obscenidad.

El nazismo, durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, implemento el uso de graffitis como parte de la estrategia propagandística del mal. Al mismo tiempo los miembros de “La Rosa Blanca”, como fue conocido el grupo de la resistencia que fuera aniquilado en 1943 y donde Sophie Scholl fuera parte, pintaban las paredes manifestando su repudio al nazismo. Es sabido que fueron los estudiantes franceses de 1968, quienes inventaron los graffitis hechos a partir de una plantilla. Este recurso es actualmente algo que vuelve a estar de moda: esta movida del stencil forma parte del arte conocido como callejero.

Indagando por el origen del término, el Gourmet ha escuchado más de una explicación. También ha leído en algún diccionario la definición de graffiti: arte urbano de los 5 continentes. En un libro del alemán Nicholas Ganz, nos dice que la posibilidad es que el término provenga de la palabra “graphei” cuyo significado es “escrito”, también, están los que dicen que su origen sea el término italiano “sgraffio”, que significa “arañazo”.

Esta moda de arte callejero y tomar las paredes de las ciudades al igual que un lienzo blanco tuvo inicio en la década de los años 60, principalmente en ciudades como Nueva York y Filadelfia. En esta ultima tuvo nacimiento el “bombing” considerado el antecedente del graffiti. Como forma de despertar la curiosidad de los medios y las personas, aquellos primeros artistas “bombardearon” las paredes, de ahí la palabra “bombing”. Estas ciudades irradiaron al mundo, en especial los grandes centros urbanos europeos. También, había mensajes políticos.

De aquellos primeros años de arte callejero le sugieren a El Gourmet que está ante algo más que un dibujo realizado con aerosol. Desde las primeras apariciones los graffitis algunos nombres se vinculan con los nombres de Keith Haring (quien también pintó las paredes de los subtes de Nueva York) y J. M. Basquiat. Las últimas grandes intervenciones callejeras, que, bien lo sabe El Gourmet nada tienen que ver con la depredación del espacio, se las vieron en Barcelona y Berlín con graffitis, stencils, tags o firmas y dibujos.

Este tipo de arte tiene algunas premisas: antes que una movida individual, gran parte de quienes participan trabajan en equipo. Además, está tácitamente prohibido borrar la obra de otro grafitero; sólo se puede utilizar una pared (prefiriendo siempre aquellas que pueden ser vistas por la mayor cantidad de personas) cuando la pintura empieza a borrarse naturalmente.

 






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