A 27 km de Florencia, Italia, un parque temático recuerda al celebre muñeco y es el atractivo de este pueblo llamado Collodi.
El padre de Pinocho, el periodista y escritor Carlo Lorenzini (1826-1890), conocido como Collodi, eligió ese seudónimo por que de chico pasaba los fines de semana en casa de sus abuelos maternos en esta bella aldea que es un antiguo paraje cercano a Florencia y rodeado de tanta naturaleza.
Esta villa medieval preservada sabiamente, es coronada por un castillo del siglo XII, asomando en la cima de la colina de Odo. El campanario de la Iglesia de San Bartolomé (siglo XIII) resplandece en lo mas alto del viejo casco de la aldea. Descienden por la ladera del cerro una cascada de techos rojos, desapareciendo en los jardines de la Villa Gorzoni, una noble residencia, del siglo XVII.
Esta villa, de los Condes Gorzoni es una imborrable escenografía en la memoria de los viajeros. Amplias terrazas y escalinatas, pobladas de estatuas, plantas exóticas, grutas y juegos de agua. Por los fantásticos senderos se avanza como embobado: palmeras, cipreses, verdes laberintos donde podemos admirar faunos y ninfas esculpidos en estanques.
Suntuosos salones en lo alto del jardín mágico donde se podrá degustar de los mas prestigiosos vinos italianos.
La trilogía turística de Collodi se completa con otro parque más moderno, el Parque de Pinocho, una creación colectiva construida entre 1956 y 1987, en homenaje a Carlo Lorenzini. Con la participación de arquitectos, pintores y escultores, el parque fue creciendo poco a poco.
En la década del 50, el alcalde de Pescia no tuvo mejor idea que conmemorar a Collodi y su libro “Las Aventuras de Pinocho”, que había sido publicado en 1881. Hizo un llamado a concurso para premiar a quien lograra la mejor escultura alegórica. El llamado tuvo la respuesta de 80 artistas italianos de primer nivel. “Pinocho y el Hada” de Emilio Greco, se llevo el primer premio, resultando segundo “Plazuela de los Mosaicos”, de Venturino Venturini. En el resto del parque se exhiben esculturas de diferentes personajes, como así también, escenas de la fábula de Collodi, como el Bosque de los Asesinos, el Gran Teatro de las Marionetas y el Grillo Hablante, entre muchas otras creaciones artísticas.
El Mesón del Camarón Rojo, el restaurante, el Laberinto, el Taller de Palabras y Figuras, la Nave Corsaria, las Ruedas Sonoras y La Gruta de los Piratas completan este apacible paisaje toscano.